Han pasado 50 años desde la aparición de la primera página de ‘Asterix’ en ‘Pilote’. Más de 300 millones de álbumes vendidos en todo el mundo avalan el éxito de la propuesta. La cifra es más importante si tenemos en cuenta que el mundo anglosajón nunca ha sido muy propenso (a excepción de la parte francófona de Canada) al divertido héroe galo. En esas extraordinarias ventas mundiales, España está fuera de las medallas, pero ocupa un honroso cuarto lugar.
Los años trascurridos se han dejado sentir. Aunque la serie sigue dando cantidades incontables de dinero y se ha transformado en un conglomerado económico-industrial de alto nivel (mechadissing, cine, publicidad, etc), está claro que ha perdido el encanto de sus inicios.
La época dorada de la serie fue sin lugar a dudas los años 60. En este periodo de tiempo se forjó el ‘canon’ del guión y del dibujo, para lo cual sus creadores tuvieron la flexibilidad de introducir las modificaciones y la evolución que consideraron necesarias en los primeros álbumes.
Poco a poco, se fue perfilando un relato a varios niveles, para que todos los de la casa pudieran leerlos; el dibujo mejoraba en cada episodio y además se buscó un buen colorista (desconocemos como es costumbre su nombre o nombres) pues el daltonismo de Uderzo no le permitía realizar esas funciones adecuadamente.
Igualmente se establecería la mecánica de un episodio en casa y otro de viaje por lo ancho e interesante mundo antiguo para dar mayor variedad y contenidos a las temáticas. La serie no parecía tener techo.
Aunque todo el mundo tiene su título predilecto, para nosotros ‘La zizaña’ supuso el punto máximo en todos los aspectos. Pero, incluso después, Goscinny seguía haciendo guiones divertidos y Uderzo dibujándolos estupendamente. Y sobre todo, se mantenía la integridad conceptual. El mundo de ‘Asterix’ era entonces coherente consigo mismo y con sus personajes, a todos los niveles.
El éxito en la Francia de finales de los 60 y comienzos de los 70 fue inimaginable. Asterix y Obelix aparecían por todas partes y eran soporte publicitario de una infinidad de productos.
La muerte de Goscinny en 1977 repercutiría en el entramado de muy diversas maneras. En lo contractual Uderzo y los herederos de Goscinny acabarían arrebatando los derechos a Dargaud y montarían su propio conglomerado. El resultado sería una inmensa fortuna.
En lo creativo, Uderzo después de dos años de luto por su socio, decidió hacer los guiones él mismo, y para ello inicialmente decidió seguir la tonalidad general de lo hecho hasta ese momento por su amigo muerto. Ni los textos ni las ideas eran maravillosos, pero mantenían el tono de la serie.
Aunque hubo alguna criticas, Uderzo no se resintió lo más mínimo, pues las ventas eran rompedoras y cada vez que salía un nuevo álbum de ‘Asterix’, este se encaramaba al número uno en ventas automáticamente y no solo en Francia.
Más tarde, las incongruencias y los aportes de mundos ajenos al imaginario de la historia serian cada vez más frecuentes, hasta llegar a ‘El cielo se nos cae encima’, y en este álbum, si que las censuras y recriminaciones en su propio país fueron demoledoras.
El propio Uderzo ha ido cambiando de opinión en relación a la continuidad de su personaje. Inicialmente pensaba que ‘Asterix’, al igual que Hergé hizo con ‘Tintin’, debía terminar con él. En la actualidad parece interesado en crear una ‘industria’, integrada por varios dibujantes y guionistas, que puedan continuar la serie más allá de su desaparición física. Eso sí, lejos de Paris.
No sabemos cómo será el futuro de Asterix, pero su pasado es esplendoroso. Pocas series pueden ni siquiera compararse a lo que ha hecho el pequeño galo, a lo que ha hecho y sigue haciendo. En Europa sólo ‘Tintin’ se puede comparar con él.
Nosotros nos lo hemos pasado muy bien leyendo sus aventuras y queremos celebrar su 50 aniversario, antes que nada felicitándole a él y a sus creadores, uno de los cuales esta vivito y coleando como pudimos contemplar en una entrevista del programa sobre libros de TV2, ‘Página 2’.
En mi opinión no pienso que nadie pueda continuar con la serie tras la desaparición de Uderzo. Estos personajes son seres vivos, sólo el que les animó inicialmente (les dio alma) puede aportarles el hálito necesario para su supervivencia. Lo que si creemos, es que como una industria que es, puede sobrevivir lejos de sus creadores, pero ya de una forma muy distinta.
Queremos celebrar este aniversario con dos rarezas.
Por una parte la versión de cómo Obelix cayó en la marmita originaria. Sabemos que Uderzo realizó una versión ilustrada en álbum, pero nosotros nos referimos a la historia originaria. Apareció en Francia en ‘Pilote’ y en España en un ‘Especial-Mortadelo de Carnavales’ de 1973.
El dibujo de ‘Mortadelo’ no tenía una buena impresión, pero pensamos que es interesante desde el punto de vista histórico. Este pequeño bosquejo de guión, que Goscinny haría seguramente en un rato, años después fue convertido en todo un álbum con muy bonitas ilustraciones de Uderzo.
Hemos querido poner tres ilustraciones del álbum para comparar las variaciones de estilo del dibujante francés y sus distintos enfoques ilustrativos con el paso del tiempo.
También hemos querido aportar una pequeña historia en la que Uderzo se estrenó como guionista de la serie. Goscinny le dijo que estaba muy bien y él la llevó a cabo en dos páginas en un extraordinario de ‘Pilote-Super Poket-3’.
En esta poética historia vemos como nuestros héroes vencen al duro invierno del norte de la Galia y traen la maravillosa primavera con la que florecen los campos. La historia seria incluida muchos años después en un recopilatorio de historias cortas de Asterix y Obelix.
¡Muchas felicidades!