‘Si algún día me dedicara a escribir mis memorias, me resultaría muy fácil. Me levanto y me pongo al tablero, hasta la hora de comer. Como, y vuelvo al tablero, y no me levanto hasta la hora de cenar. Ceno y vuelvo al tablero, hasta que me vence el sueño, cuando me vence. Si no, paso la noche en vela delante del tablero.’
Francisco Ibáñez
Siempre me han fascinado las colas que se forman en la ‘Feria del Libro’ cuando firma Ibáñez. Allí está la legión de fieles seguidores una hora antes de que llegue el ínclito autor, aguantando al sol inclemente del junio madrileño.
Ibáñez es el perfecto sinónimo de comic, historieta y tebeo en España, todo a la vez y todo junto. No hay nada, ni nadie, que se le pueda comparar, ni de lejos.
En otro país sería una leyenda viva (como lo fue Hergé en Belgica o Uderzo lo es en Francia), en España no se le toma demasiado en serio. La mayor parte de la crítica ha sido siempre despreciativa con él. Incluso los medios audiovisuales, por ejemplo en una reciente entrevista televisiva, en el panegírico inicial el periodista, sin duda confundido por los documentalistas, le adjudicó algún personaje que ni siquiera era suyo. Ibáñez se lo tomo con bonhomía a beneficio de inventario, y ni le corrigió.
El ‘negocio’ de ‘Mortadelo y Filemón’ se lo ha hecho el solito de la ‘a’ a la ‘z’. Lo ha construido con esfuerzo inimaginable, viñeta a viñeta en sus más de 170 álbumes. Entre las empresas dedicadas al ramo, se comenta que el mayor ‘chollo’ que puedes tener es publicar la serie. Lo mismo se vendía cuando lo producía Bruguera, que Ediciones B, o cualquier otra empresa que lo cogiera. Se vende en tiempos de crisis y en tiempos de expansión, se vende siempre.
¿Ha sido utilizado comercialmente de manera adecuada ‘el producto’ ‘Mortadelo y Filemón? Nuestra opinión particular es que no. La industria española del entretenimiento ha sido incapaz, por su propia naturaleza, de cuidar y hacer prosperar el ‘mirlo blanco’ de que disponía.
De los dibujos animados que se han hecho de la inmortal pareja, mejor no hablar. En cuanto al cine, las dos películas carecen del autentico ‘espiritu’ de los personajes, aunque hay que reconocer que el Mortadelo de la primera es difícilmente mejorable.
Sabemos que ‘Mortadelo y Filemón’ no solo tienen admiradores, también tienen detractores. A ellos nos cabe preguntar: ¿Sin los dos detectives y sin el ‘Capitán Trueno’, que sería el comic español en su versión más popular? En nuestra opinión, desde luego, bastante menos de lo que es ahora.
Pero independientemente de estos temas, en los que no vamos a entrar en profundidad, nosotros defendemos que Ibáñez no solo es gracioso, que lo es, sino que es además un excelente dibujante e historietista. Se podría hacer una larga lista de aportes gráficos y/o narrativos que ha hecho este autor en el medio.
Nosotros no lo vamos a hacer, porque tendríamos que revisarnos cerca de 30.000 páginas y no andamos muy sobrados de tiempo. Lo que si podemos hacer es ofrecer a nuestros visitantes una pequeña muestra de la ingente producción de este proteico barcelones. Para ello hemos escogido unas cuantas portadas de ‘Mortadelo’ que, por cierto, no nos parece que estén muy vistas.
Al revisarlas para su remasterización, hemos dicho sin la más mínima sombra de duda: ¡Que bien dibuja Ibáñez!
¡¡ A disfrutar !!