LAS ¾ PARTES DE ÉL.
Laura Battaglia (de soltera Laura De Vescovi) esposa de Dino Battaglia.
Profesionalmente Laura Battaglia ayuda a su marido en una medida en absoluto modesta. Es ante todo su guionista habitual y casi exclusiva. Se encarga del color cuando es necesario. Le aconseja en la elección de las obras, aunque no sea siempre escuchada. No es poco, pero aquí termina la prevalencia de Dino. En este punto, la superioridad masculina en la economía de la pareja cesa bruscamente para dejar paso a una especie de dominio total de la otra ‘media naranja’. Laura Battaglia (una mujer especialmente complaciente con el otro, mas joven que juvenil) asiste como entrenador, manager y sparring. Es ella quien dirime los asuntos fiscales, discute los contratos, resuelve los asuntos pendientes en cualquier parte y despacha la correspondencia. Es ella quien realiza las operaciones bancarias. Es ella, naturalmente, quien realiza las compras de todo tipo, incluso las de cigarros y artículos de fumador, cuando no trabaja por su cuenta en calidad de sastre, camisera, bordadora o hace punto.
Antes de pasar al papel triunfante de Laura Battaglia en cocina, es necesario precisar a las posibles objeciones feministas de subordinación y esclavitud de la mujer, que en este caso se trata exactamente de lo contrario. Mirándolo con atención, en la pareja Battaglia el esclavo es el Maestro. Un esclavo complaciente y complacido; tratado como mejor no se puede, reblandecido y viciado, pero totalmente rendido en servidumbre. La Sra. con el fin de satisfacer su deseo de actividad ilimitada y frenética, ha sustraído poco a poco, consensuadamente se entiende, todo posible campo al marido, aislándolo en el rincón dorado de su creación artística, del cual es imposible evadirse ni aun en el caso de tener ese extraño capricho. Dino Battaglia es, a fin de cuentas, un gran dibujante-objeto.
Y todavía nos queda la ya anunciada cocina, en la que Laura adquiere el cetro de la armonía y llega a resultados extraordinarios. Danesa de nacimiento, parte de una base centro-europea consistente, sin olvidar claro, la gran escuela culinaria véneta, añadiendo paso a paso, la gran tradición de las distintas cocinas regionales italianas y la indispensable selección de lo mejor de la cocina francesa. Esta ya impresionante masa de conocimientos y experiencia, viene normalmente filtrada y reintegrada personalmente, por lo que cualquier plato salido de la ‘nouvelle’ cocina Battaglia es una aventura emocionante y siempre con un final feliz. La gama de las realizaciones gastronómicas de la Sra. es casi infinita: va desde una inenarrable pasta y ‘fagioli’ (gratinada al modo particular del editor Bonelli) a toda una serie de carnes en ‘croûre’, así como innumerables postres y helados enteramente fabricados artesanalmente en casa.
Para los invitados alcohólicos (entre los cuales me suscribo) hay productos de una destilería semiclandestina gestionada sin ánimo de lucro por Laura Battaglia.
Es inútil añadir que todo esto contribuye bastante a reincidir cada vez más en su jaula dorada al ‘Maestro del Portello’. Y por supuesto a sus amigos.
Artículo de RANIERI CARANO (sobre el texto).