LORD SHARK: SIÓ EN ITALIA.

Esta entrada constituye un mero aperitivo en nuestro blog de la entrada que pensamos dedicar más adelante a uno de los autores españoles que ha hecho un mayor número de aportaciones al arte de la narración por viñetas y al ‘concepto de página’ en el cómic. Poco importa que hoy este prácticamente olvidado y que no sea nunca reeditado, pues en nuestra humilde opinión, Enric Sió figura con letras doradas, tanto en el cómic español como europeo, y eso no se puede cambiar.

Sió nació en Badalona en 1942 y falleció en 1999. Desde 1960 inicia sus trabajos de encargo de tipo bélico para Inglaterra, haciéndolo de tapadillo para que no se enteraran sus amigos (tal era la consideración social que tenía el comic en aquellos años). Esta situación perduraría a través de agencia durante ocho años, pero en ese periodo ya nos dejó una muestra de que como autor demandaba un sitio bajo el sol con su excelente ‘Lavinia 2016: La guerra de los poetas’ (1968).

Ese mismo año surge una ‘Enciclopedia Juvenil Salvat’, y la persona responsable en la editorial del proyecto le permite hacer dos series en la contraportada con amplia libertad creativa. Así surgen ‘NUS’ y ‘SORANG’, dos series revolucionarias que merecería la pena reeditar y revisar. Después ‘Mis Miedos’ (1970-1971), una obra notable compartimentada en episodios de cinco páginas, para la revista ‘Drácula’ de Luis Gasca.

En 1974 aprovechando el éxito europeo de AGHARDI desembarca en Italia. Allí permanecerá por espacio de cuatro años realizando todo tipo de trabajos entre lo que sin lugar a dudas ‘Mara’ es su obra máxima.

A pesar de la época (transición española) en la que realizó su periplo europeo, Sió nunca se consideró un exiliado político, aunque de alguna manera lo era. En aquellos años colaboraría gráficamente en algunas obras de contenido político antifranquista, pero nunca llegó a militar en ningún partido, pues según el mismo decía, su componente anarquista y su admiración por la burguesía ilustrada europea eran básicamente sus señas de identidad en ese terreno.

Durante su periodo italiano entabló una gran cantidad de contactos, entre los que cabe destacar la gran amistad que le uniría a Guido Crepax a lo largo de toda su vida. Como ejemplo de ella, solo decir que el autor italiano cogió un avión desde Milán a Barcelona con el objeto de participar en un programa de la televisión catalana sobre la salida del proyecto editorial ‘La Oca’, del que Enric era máximo responsable. El miedo de Crepax a los viajes en avión era proverbial y nunca subía en ellos.

En 1978 recibió la llamada de Larousse para colaborar en las grandes series generalistas históricas que esta editorial lanzo por aquellos años. Su estancia en Francia duraría tres años, concluidos los cuales retornaría a Cataluña.

Después de varios intentos en el medio, que concluirían con el fracaso editorial de ‘La Oca’, Enric dirigió sus pasos hacia la publicidad y otros medios de comunicación, abandonando el cómic y retornando al medio solo muy de vez en cuando para establecer algunas polémicas puntuales.

La obra de la que presentamos sus primeras páginas, supone un trabajo para ‘Corriere dei Ragazzi’ con guión de Mino Milani sin seudónimo (que en aquellos años era el que cortaba la pana de la revista). Sus connotaciones de tipo ‘alimenticio’ hacen que Sió no se encontrara especialmente cómodo en su plasmación gráfica, pero resulta una curiosa muestra de la adaptación del autor badalones más allá de su propio imaginario.