30/12/11
27/12/11
24/12/11
TOTH VS STANLEY FORD
Cuando Hollywood decide lanzar a la muy bella actriz italiana, Virna Lisi, en una nueva comedia de 1965.
Dirigida por Richard Quine, y con la garantía de contar con un ya consagrado Jack Lemmon (en el papel de Stanley Ford, autor de la afamada tira de prensa "The BRANNIGNAS").
Eligieron para crear expectación a un buen dibujante, que luego haría las tiras que saldrían en la película.
El elegido fue, si ninguna duda, Alex Toth.
Pero al final estas fueron todas las que realizó, pues para la película tuvieron que elegir a otro.
Entre las razones se apuntaron "tres":
1- Alex Toth era zurdo y tenía que poner sus manos dibujando.
2- Alex comenzo a opinar y… opinar sobre la dirección, etc.
3- Y continuo opinando y creyendo que esto o eso sería mejor…
La solución… le sustituyeron por otro: Mel Keefer (un buen, reputado y versatil dibujante)
En la divertida película podemos ver como vivían y trabajaban por aquel entonces los famosos autores de tiras de prensa (o eso nos mostraban, para mayor contraste con nuestros dibujantes de entonces y de ahora).
Su método de trabajo y lema de Stanley Ford: Mis personajes no harán nada que yo no pueda hacer.
Todo fotografiado por un ayudante y luego pasado de imágenes a dibujo (nada fácil si quieres que te quede bien, no nos engañemos).
LA PELÍCULA empieza con su mayordomo recibiéndonos y relatándonos como es el día a día de su señor…
Perfecto según él.
Pero en una despedida de soltero (SOLTERONES), se cruza el enemigo. Te entra por la parte más débil, si débil y te termina conquistando.
Pero el hombre se puede conformar, no su alter ego BASH BRANNIGAN-SECRET AGENT.
Y tras un meditado plan,"Como Matar A la Propia Mujer", decide acabar de forma perfecta con su primera y última esposa.
¡Atención al chiste que se gasta el director!
Tan perfecto plan que cuando ella desaparece desilusionada, le acusan de asesinato.
Pero un juicio con un juez hombre y un jurado de hombres, que se veían reflejados en el dominio que sobre ellos ejercen sus mujeres… le absuelven entre clamores y bambalinas.
La realidad, dura, muy dura, siempre se abre camino y nuestro Stanley Ford no puede oponerse…
¿Quién habría podido?
Él tampoco…
y todos felices…
Al fin y al cabo corría el año 1965.
¡Felices navidades!
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