29/1/09

BATTAGLIA. El color en Battaglia-2

LAS ¾ PARTES DE ÉL.

Laura Battaglia (de soltera Laura De Vescovi) esposa de Dino Battaglia.

Profesionalmente Laura Battaglia ayuda a su marido en una medida  en absoluto modesta. Es ante todo su guionista habitual y casi exclusiva. Se encarga del color cuando es necesario. Le aconseja en la elección de las obras, aunque no sea siempre escuchada. No es poco, pero aquí termina la prevalencia de Dino. En este punto, la superioridad masculina en la economía de la pareja cesa bruscamente para dejar paso a una especie de dominio total de la otra ‘media naranja’. Laura Battaglia (una mujer especialmente complaciente con el otro, mas joven que juvenil) asiste como entrenador, manager y sparring. Es ella quien dirime los asuntos fiscales, discute los contratos, resuelve los asuntos pendientes en cualquier parte y despacha la correspondencia. Es ella quien realiza las operaciones bancarias. Es ella, naturalmente,  quien realiza las compras de todo tipo, incluso las de cigarros y artículos de fumador, cuando no trabaja por su cuenta en calidad de sastre, camisera, bordadora o hace punto.

El Proceso de color que utilizaba era, por otra parte el usual en aquellos años, dar color sobre una prueba que normalmente te proporcionaba la editorial, o fotomecánica, y que solía ser sobre un papel especial que no dilataba con la aguada, por lo que tampoco chupaba bien la acuarela, aunque secaba rapidamente  (normalmente se coloreaba con temperas para evitar los cortes de color) que encajaba perfectamente con el fotolito negro del dibujo a tinta.  HD.

Antes de pasar al papel triunfante de Laura Battaglia en cocina, es necesario precisar a las posibles objeciones feministas de subordinación y esclavitud de la mujer, que en este caso se trata exactamente de lo contrario. Mirándolo con atención, en la pareja Battaglia el esclavo es el Maestro. Un esclavo complaciente y complacido; tratado como mejor no se puede, reblandecido y viciado, pero totalmente rendido en servidumbre. La Sra. con el fin de satisfacer su deseo de actividad   ilimitada    y    frenética,    ha sustraído poco a poco, consensuadamente se entiende, todo posible campo al marido, aislándolo en el rincón dorado de su creación artística, del cual es imposible evadirse ni aun en el caso de tener ese extraño capricho. Dino Battaglia es, a fin de cuentas, un gran dibujante-objeto.

5 SU MARTE de 1967

Y todavía nos queda la ya anunciada cocina, en la que Laura adquiere el cetro de la armonía y llega a resultados extraordinarios. Danesa de nacimiento, parte de una base centro-europea consistente, sin olvidar claro, la gran escuela culinaria véneta, añadiendo paso a paso, la gran tradición de las distintas cocinas regionales italianas y la indispensable selección de lo mejor de la cocina francesa. Esta ya impresionante masa de conocimientos y experiencia, viene normalmente filtrada y reintegrada personalmente, por lo que cualquier plato salido de la ‘nouvelle’ cocina Battaglia es una aventura emocionante y siempre con un final feliz.  La gama de las realizaciones gastronómicas de la Sra. es casi infinita: va desde una inenarrable pasta y ‘fagioli’ (gratinada al modo particular del editor Bonelli) a toda una serie de carnes en ‘croûre’, así como innumerables postres y helados enteramente fabricados artesanalmente en casa.

IVANHOE de 1965

Para los invitados alcohólicos (entre los cuales me suscribo) hay productos de una destilería semiclandestina gestionada sin ánimo de lucro por Laura Battaglia.

Es inútil añadir que todo esto contribuye bastante a reincidir cada vez  más en su jaula dorada al ‘Maestro del Portello’. Y por supuesto a sus amigos.  

Artículo de RANIERI CARANO (sobre el texto).

28/1/09

DINO BATTAGLIA. El color en Battaglia-1


Laura Battaglia era en opinión de Hugo Pratt una de los mejores, si no el mejor, de los coloristas italianos. Y Pratt además de un magnífico acuarelista no era muy dado a los elogios injustificados. Le encargaría la versión en color de algunas de las aventuras de Corto Maltesse.

Laura fue la compañera a lo largo de 33 años de Battaglia. Su compatibilidad estaba basada en la complementariedad de los opuestos. Llegaron a formar lo que podríamos llamar un ser bifronte. Protegió las partes vulnerables de Battaglia con esmero y abnegación. Si Battaglia era un poco triste, ella era la extroversión, la alegría y la jovialidad manifiesta. Si a Battaglia no le apetecía hablar con alguien, iba ella. Si la guionización le aburría, ella le echaba una mano. Si a Battaglia le gustaban los ‘saraos’ con gente  importante,  ella  los  organizaba. Y esta complementariedad en el terreno de lo personal filtraría a lo profesional y produciría una nueva dimensión más esperanzada de las planchas que originalmente Battaglia realizaba en su melancólico blanco-gris-negro.

El gran éxito como colorista de Laura no fue dar un color mas o menos vistoso al trabajo de Battaglia, sino el hacer una difícil simbiosis entre el  planteamiento inicial del autor y su versión policromada. Sin traicionar su espíritu original, Laura abre  un nuevo espacio por el que puede entrar la luz del optimismo y la claridad del concepto. O en otras palabras, la reelaboración coloreada por las manos de Laura, genera una dimensión mejorada y distinta del esfuerzo inicial.
En Laura Battaglia la belleza esta al servicio de la funcionalidad. La gama de coloratura es exquisita, pero está incardinada siempre en función de una mayor comprensión y legibilidad de la obra.

 En los últimos años de su vida Battaglia intentó adaptar su obra  poco a poco  a su trabajo en color. Procuró  ‘aclararlo’ en sus grises y reducir los negros, sin llegar a desembarazarse totalmente de ninguno de los dos. Aunque no se desentendiese  totalmente de la versión coloreada, sabia que al final el resultado seria bueno;  y por supuesto, con Laura a su lado, estaba en lo cierto.